lunes, 9 de marzo de 2009

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Con una superficie superior a los 8,5 millones de kilómetros cuadrados, Brasil es el mayor país de América del Sur y el quinto a escala mundial, por detrás de Rusia, Canadá, China y Esta­dos Unidos. Está formado por tres grandes unidades de relieve: la cuen­ca del Amazonas, la Meseta Brasile­ña y el Macizo de las Guayanas.
La cuenca del Amazonas ocupa una tercera parte del territorio brasileño. Con una altura media que no supe­ra los 200 metros, se trata de una inmensa llanura cubierta de un espe­so manto de vegetación, atravesada por caudalosos ríos.
El Amazonas es el curso fluvial principal. Con una longitud aproximada de 6.800 kilómetros, es el río más lar­go del mundo. Su cuenca hidrográfica -que abarca unos 7,5 millones de kilómetros cuadrados- es también la mayor del planeta y recoge aguas de Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia y Venezuela.
El río forma amplios meandros móviles que varían su posición y se estrangulan, dando lugar a la apari­ción de islas a lo largo del curso flu­vial. También son frecuentes las cata­ratas y las áreas lacustres.
El gigante amazónico desemboca en el Atlántico, donde forma un estua­rio de 400 kilómetros de anchura, lugar en el que deposita diariamen­te tres millones de toneladas de sedi­mentos. En la época de crecidas inunda las zonas llanas y llega a cubrir enormes superficies.
Entre sus afluentes principales destacan el Negro, el Japurá, el lcá (Putumayo) y el Mara­ñón por el norte, y el Xingu, el Tapa­jós, el Madeira, el Purús y el Juruá por el sur. Muchos de estos ríos arras­tran grandes cantidades de sedi­mentos mezclados con restos vege­tales y humus, elementos que con­fieren al agua un color oscuro. El caudal del río Negro, por ejemplo, se distingue aun después de haberse unido al del Amazonas.
El clima de la cuenca amazónica es tropical húmedo, con una tempera­tura media de 26 °C. Las precipita­ciones son abundantes, con valo­res medios de 2.000 mm/año y repartidas a lo largo de los doce meses, aunque son más abundan­tes de octubre a marzo.
Las cálidas temperaturas y las abundantes lluvias provocan la aparición del bosque lluvioso o pluviselva, caracterizado por la presencia de tres estratos de vegetación: un primer estrato de árboles que alcanzan altu­ras de más de 40 metros, un segun­do nivel con alturas entre 15 y 30 metros y un tercero de 5 a 15 metros. Las especies arbóreas más abun­dantes son el castaño y el árbol del caucho. Alrededor de su tronco cre­cen abundantes lianas y se desarro­lla un sotobosque de helechos, orquí­deas, musgos y líquenes.
Desde hace unas décadas, esta gran masa vegetal se enfrenta a la ame­naza de la deforestación. La explotación de los recursos madereros y la cría de ganado están provocando la tala masiva de árboles. La desaparición de la cubierta vegetal comporta una rápida erosión del suelo e impide que crezcan nuevas plantas.
Entre los animales que se han adaptado a la vida de la Amazonia figuran monos, pumas, jaguares y ocelotes, serpientes de cascabel, anacondas y otras boas, innumerables familias de aves (guacamayos, colibríes y tucanes) e insectos, como por ejemplo la hormiga mara­bunta. En los ríos se han contabilizado más de 700 especies de peces y ani­males acuáticos, como pirañas, tor­tugas, delfines y caimanes.
La meseta brasileña Al sur de la cuenca amazónica se sitúa la meseta brasileña, formada por una cadena montañosa situada en su extremo oriental y las mesetas del interior. En la primera unidad de relieve se alcan­zan alturas cercanas a los 3.000 metros. Las máximas elevaciones apa­recen en el Pico da Bandeira (2.897 m), en la Serra da Mantiqueira y en el Pedra Acu (2.232 m).
En el interior se encuentran mesetas como las del Mato Grosso y Goiás, y cordilleras de escasa altura como la Serra do Tombador y la Serra Dou­rada. La altitud media de toda esta región es de 500 metros, y la red hidrográfica principal la forman los ríos Tocantins y Xingu.
El clima es tropical con cierta ten­dencia a la aridez y se caracteriza por tener una estación seca en invierno y una húmeda en verano. La tem­peratura media es de 22 °C y las pre­cipitaciones son moderadas cerca de la costa y poco abundantes en el inte­rior. La formación vegetal dominante es el bosque mixto de árboles de hoja caduca y de hoja perenne, que en las zonas más secas deja paso a la saba­na arbustiva o herbácea.
Entre el Mato Grosso y los países vecinos -Bolivia y Paraguay- se sitúa el Gran Pantanal, una llanura aluvial de 280.000 k m2 drenada por el río Paraguay. El territorio es llano y con escasa pendiente, factor que facili­ta la inundación de grandes super­ficies en las que durante la época de lluvias -de julio a octubre- se for­man numerosas lagunas.
Aparte de los pastizales inundables, en el Gran Pantanal también existen zonas dominadas por la sabana, los bosques de galería y los bosques secos. Las aves acuáticas pueblan la región en determinadas estacio­nes del año. La acción del hombre -contaminación, expansión de los campos de cultivo, construcción de infraestructuras de comunicación y proyectos de canalización- está ame­nazando la integridad de esta región.
El macizo de las Guayanas ocupa poca superficie den­tro del territorio brasileño, pero es en este relieve donde se sitúa el pun­to más elevado de Brasil: el Pico da Neblina (3.014 m), que forma par­te de la Serra do Imeri. Las formas del relieve más características son los tepuyes, mesetas escalonadas con vertientes escarpadas.
El clima es tropical, con una tempe­ratura media anual de 26 °C y abun­dantes precipitaciones de 1.500-2.000 mm/año. La cubierta vegetal la for­man selvas densas en las regiones más húmedas y sabanas en las más secas. Estos ecosistemas albergan una gran diversidad de especies, sobre todo en las familias de las aves, los reptiles y los insectos.
Brasil tiene también 7.500 kilóme­tros de costa poco accidentada, en la que se forman numerosas rías y bahías que ejercen de puertos natu­rales. Es el caso de la bahía de Todos los Santos, frente a la ciudad de Sal­vador. Las playas del sur y del nor­este -entre las que destacan las de Recife, Fortaleza y Florianópolis­son uno de los mayores atractivos turísticos del país.
En el litoral, la temperatura media es superior a los 20 °C y las precipi­taciones oscilan entre los 1.300 mm y 2.000 mm/año. Las temperaturas disminuyen a medida que se avan­za de la costa hacia el interior y hacia el sur del país. En esta región, los bosques originales han quedado muy degradados por la acción huma­na. En la costa sur predomina el pino y, en general, toda la zona es de natu­raleza arbustiva.
Otro de los grandes atractivos turís­ticos de Brasil por su enorme belle­za natural es el Parque Nacional de Iguazú, que limita con el espacio reservado del mismo nombre situado en territorio argentino.